México y Estados Unidos no se han podido poner de acuerdo para resolver el conflicto comercial azucarero entre los dos países. El ‘pleito’ entre las dos naciones se remonta a marzo de 2014, cuando los productores de azúcar de Estados Unidos pidieron al gobierno de aquel país que tomara medidas correctivas contra la industria mexicana, a la que acusaban de vender a precios inferiores del valor real del producto con el fin de eliminar la competencia y adueñarse del mercado, una práctica conocida como “dumping”.
Ese año, la Alianza Americana de Azúcar también acusó al gobierno mexicano de subsidiar a la industria azucarera sin tener en cuenta el impacto que tendría en los productores estadounidenses. El gobierno estadounidense investigó el caso y llegó a un “acuerdo de suspensión” con el gobierno mexicano para fijar en un mínimo de 0.2357 dólares la venta por libra de azúcar refinada y a 0.2075 dólares el azúcar sin refinar. Con este acuerdo se establecieron nuevas reglas para exportar el azúcar mexicana al mercado estadounidense. En México, la Unión Nacional de Cañeros (CNPR) acusó al gobierno de Estados Unidos de incumplir con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) desde el 2014, cuando el gobierno norteamericano “empezó a restringir el acceso del azúcar mexicana a ese país”.
Carlos Blackaller Ayala, presidente de la Unión, dijo que hoy en día el sector de la agroindustria de la caña de azúcar en México es un sector perdedor en esta batalla. Para Blackaller Ayala, las demandas por dumping y subsidios y los efectos de los acuerdos de suspensión, promovidas e impuestas por los norteamericanos, ocasionaron un descenso en el volumen de las exportaciones de azúcar nacional a EU, pues se ubican en el 50% de su potencial, es decir, en 840 mil toneladas. A comienzos de marzo de 2017, México canceló los permisos vigentes de exportación de azúcar a Estados Unidos para evitar que se impusieran sanciones a los azucareros mexicanos usando como excusa la interpretación de convenios, en específico los acuerdos de suspensión, que regulan el comercio de edulcorantes entre ambos países.
Esta industria demuestra que EU sí se ha beneficiado del TLCAN El lunes, el Departamento de Comercio de Estados Unidos dijo que “las negociaciones llegaron a un punto muerto”, por lo que notificó formalmente al Gobierno de México su intención de reanudar el 5 de junio la aplicación de grandes aranceles “antidumping” a las importaciones de azúcar desde México, a menos que se llegue a un acuerdo.
El gobierno mexicano tampoco quiere ceder
La Secretaría de Economía dijo el lunes en un comunicado que la eliminación del acceso del azúcar refinada mexicana a Estados Unidos “es inaceptable, pues rompe el balance del mercado de edulcorantes de América del Norte”. Acusó a la industria estadounidense de aprovechar el proceso de negociación para limitar el abasto de azúcar cruda de México exclusivamente para sus refinerías, así como eliminar toda competencia de azúcar refinada de nuestro país en el mercado del país vecino. La Secretaría de Economía aseguró que está “en la mejor disposición de llegar a una solución negociada que vele por los intereses de los productores y exportadores mexicanos y asegure un buen funcionamiento del mercado de edulcorantes (azúcar-fructosa)” en la región.
La terminación del acuerdo de suspensión daría como resultado la aplicación de grandes aranceles “antidumping” a las importaciones de azúcar desde México, pero ni Estados Unidos ni México están dispuestos a ceder.
Fuente: Huffpost
Autor: Josè Beltrán